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Algunas de las ciudades de España para visitar en invierno

Vista de la Catedral y la ciudad de Segovia nevada, Castilla y León

Con la llegada del invierno, en España se inaugura una época de continuas festividades y dulces tradiciones que animan el ambiente de sus municipios. Y es que hay ciudades que brillan especialmente en invierno, y el motivo va más allá del mágico alumbrado festivo que reviste las calles. Puedes servirte un chocolate caliente mientras lees sobre algunas de estas ciudades españolas.

Vista del Alcázar y la Catedral nevados en Segovia, Castilla y León
Índice

Segovia

Segovia es un destino importante para el turismo urbano debido a su riqueza cultural e histórica, que en invierno se vuelve más bonito si cabe, ya que la llegada de la nieve a la ciudad despierta un agradable ambiente navideño. ¡Sus calles se convierten en el escenario perfecto para una pelea de bolas de nieve! Cuando se acerca la Navidad, la avenida del Acueducto acoge un encantador mercadillo de artesanía por el que pasear, y distraerse de vez en cuando con las maravillosas vistas al Acueducto nevado. También puedes visitar la exposición de belenes y celebrar su tradicional fiesta de Santa Águeda a principios de febrero.

Mercadillo navideño en la Plaza Mayor de Madrid, Comunidad de Madrid

Madrid

Son muchas las personas que eligen visitar Madrid durante el invierno, sobre todo, en el mes de diciembre cuando los paseos de la capital se envuelven con brillantes adornos navideños e hileras de luces, como si se tratase de un árbol de Navidad gigante. Podrías pasear por el Retiro de buena mañana, y luego, patinar sobre hielo en las pistas que se suelen montar en plazas como la de Callao. ¡Y siempre podrás amenizar el frío tomando un tazón caliente de chocolate con churros en alguna de sus famosas churrerías! Más tarde, podrías pasar una jornada de compras en la Gran Vía aprovechando las rebajas o el ajetreado ambiente que conlleva la víspera navideña, y esperar a que caiga la noche para ver todo un espectáculo de luces de colores.Una de las tradiciones más populares de la capital en Navidad es su mercadillo de la Plaza Mayor, con puestos donde se venden todo tipo de artículos navideños, como figuras del Belén. Por cierto, si quieres ver el más grande de la capital, visita el Belén de la Puerta del Sol (¡recuerda que esta plaza es el lugar más simbólico de España para celebrar por lo alto la Nochevieja!).

Vistas de la Alhambra con Sierra Nevada al fondo durante el invierno en Granada, Andalucía

Granada

En invierno puedes pasear tranquilamente por Granada sin el calor y la masificación del verano. Es el momento ideal para apreciar sin prisas la Alhambra, curiosear por el mercado navideño y resguardarse del frío en algún bar de su emblemático barrio morisco del Albaicín, el más antiguo de la ciudad. ¡Más aún cuando en esta época se sirve el típico cocido invernal de Granada: la olla de San Antón! También puedes aprovechar para echar un ojo a las vistas desde el mirador de San Nicolás, un paisaje de postal con la Alhambra y el Generalife en primer plano, y una blanca Sierra Nevada como telón de fondo.Además, las regiones cercanas a la ciudad te permiten vivir inviernos muy distintos, por ejemplo, ¿por qué no pruebas a pasar la mañana esquiando en Sierra Nevada y viajar por la tarde hasta Motril para disfrutar de alguna de sus playas? Tal vez no te des un chapuzón en el mar, ¡pero puedes disfrutar del sol del invierno en uno de sus atardeceres!

Santa Cruz de Tenerife

¿Es posible celebrar las costumbres y festividades del invierno sin pasar frío? En la capital de la isla de Tenerife puedes patinar sobre hielo, visitar mercadillos navideños y ¡hasta disfrutar de su popular Cabalgata de Reyes Magos sin que se te congele la nariz! Y es que su clima es cálido durante prácticamente todo el año (con una media anual de 24 grados centígrados).Durante estas fechas, puedes asistir a su Concierto de Navidad, atreverte a probar el primer baño del año en Año Nuevo y divertirte en su famoso Carnaval: con un desfile donde la creatividad no tiene límites, pudiendo lucir el disfraz que uno quiera, ¡porque el frío no supone ningún problema!