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Granada en dos días

Vista de la Alhambra de Granada

Esplendor andalusí, poesía y flamenco


Recorre Granada en dos días y ríndete a los encantos de una ciudad que conquista los cinco sentidos. Una mirada fascinante a la Alhambra, el olor a jazmín del barrio del Albaicín, el sonido del flamenco en el Sacromonte y el sabor de su gastronomía serán suficientes. Atribuyen a William Shakespeare la afirmación de que “todo curioso viajero guarda a Granada en su corazón, aún sin haberla visitado”, así que imagínate después de hacerlo. Entre versos de García Lorca y el monumental legado cultural andalusí que conserva, encontrarás siempre razones para querer volver.

Índice

DÍA 1

Visitar La Alhambra, la catedral y ‘tapear’ por el centro de la ciudad. Si después callejeas por el Albaicín y contemplas el atardecer desde un mirador, ya tienes un primer día mágico en Granada.

Una mañana en La Alhambra

Acabas de despertar y estás a punto de conocer uno de los monumentos más visitados del mundo, así que, regálate un buen desayuno. En la plaza de Bib-Rambla y alrededores tienes históricas cafeterías para atreverte con el típico chocolate con churros u otras opciones más ligeras, si el tiempo es cálido.
Reservar las entradas de La Alhambra con antelación es lo más recomendable para optimizar el tiempo, aquí te lo explicamos en detalle. Si te gusta caminar, anímate a subir a pie hasta la entrada por la colina sobre la que se asienta este impresionante conjunto monumental. El camino te llevará unos 20 minutos. Tienes dos alternativas: desde el Paseo de los Tristes, caminando junto a las murallas de la Alhambra por la Cuesta del Rey Chico, o bien por la Cuesta de Gomérez, desde la Plaza Nueva, una opción con menos pendiente y una bonita alameda. 
Si prefieres reservar fuerzas, toma un autobús en la plaza de Isabel la Católica, ya que admirar la belleza de los patios de los Leones y de los Arrayanes, los palacios Nazaríes, los jardines del Generalife, la Alcazaba o el Palacio de Carlos V son al menos unas tres horas de recorrido. Ya en la salida, el descenso hacia el centro de la ciudad mientras asimilas la obra maestra que acabas de visitar será de lo más agradable.

Derecha: Patio de los leones. Izquierda: Generalife. Alhambra de Granada

Tapas típicas granadinas y visita a la catedral

Como ya será una hora idónea para almorzar, súmate a la costumbre granadina de ir de bar en bar y disfruta de la variedad de tapas (aperitivos fríos o calientes) que se suelen servir como cortesía para acompañar tus consumiciones. Descubrirás sabores populares como por ejemplo las migas de patata con ‘engañifa’ y huevo, los callos, las habas con jamón, las papas a lo pobre, el ‘pescaíto’ frito o embutidos y quesos típicos. 
Puedes hacerlo en los alrededores de las plazas de la Romanilla y de la Pescadería, ya que están muy cerca de tu próximo objetivo: la Catedral y la Capilla Real de Granada, donde se encuentra la tumba de los Reyes Católicos. La cúpula renacentista del templo religioso, su fachada barroca y sus retablos y pinturas no tienen desperdicio. Además, su horario de visita ininterrumpido te permitirá reservar el resto de la tarde para dirigirte, por la Carrera del Darro, hacia uno de los barrios más genuinos de la ciudad.

Izquierda: Catedral de Granada. Derecha: pescaitos

Atardecer en el Albaicín

Antes de perderte entre sus estrechas calles empedradas, plazas y casas blancas, haz una parada en Casa de Zafra. Se trata de una construcción nazarí del siglo XIV y actual Centro de Interpretación del Albaicín. Allí podrás conocer la historia de este barrio declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO a través de ilustraciones y paneles interactivos. 
Contemplar la panorámica de Sierra Nevada, el Generalife y la Alhambra desde un mirador es toda una tradición. El más famoso y concurrido para hacerlo al atardecer es el de San Nicolás pero en el Albaicín tienes otras opciones como el cercano mirador de los jardines de la Mezquita Mayor de Granada o el de San Cristóbal, unas calles más arriba.
Puedes despedir el día comprando algún recuerdo y cenando en la calle Elvira, que marca el perímetro del Albaicín. Encontrarás una multiculturalidad de platos curiosa, con restaurantes de gastronomía local y cocina árabe, sobre todo.

Vista del Barrio del Albaicín y la Alhambra al atarceder, Granada

DÍA 2

Para exprimir al máximo tu segundo día en Granada te recomendamos: acercarte al universo creativo de Lorca y después relajarte en un hamman antes de disfrutar del flamenco en vivo en el Sacromonte. 

La Granada de Lorca

Estás en la tierra natal de uno de los genios de la literatura del siglo XX, por lo que te aconsejamos comenzar el día con la ruta lorquiana que transcurre por la ciudad de Granada. Comienza en la Casa-Museo Federico García Lorca de la Huerta de San Vicente, el lugar donde trabajó en obras como ‘Yerma’, ‘Bodas de sangre’ o ‘Romancero gitano’. El Centro Federico García Lorca, institución cultural volcada en la difusión de su producción literaria; la antigua tertulia de El Rinconcillo, que hoy forma parte del restaurante Chikito; la Casa Museo de Manuel de Falla, compositor y gran amigo del poeta, o la plaza de los Aljibes de la Alhambra, forman parte del itinerario.

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Placeres gastronómicos y relax en un hamman

Es hora de comer y seguro que aún te falta por probar platos deliciosos como la zalamandroña, una ensalada de verduras y bacalao típica de Granada, las berenjenas con miel, la tortilla del Sacromonte o el remojón granadino.Tras jornada y media de agradables pero intensos recorridos por la ciudad es probable que tu cuerpo necesite un plan de relax y desconexión. Como no podía ser de otra manera, la huella del pasado andalusí de Granada pervive en una de las costumbres más saludables de la época, los hamman o baños árabes.  Los de Al-Andalus, al lado del famoso Paseo de los Tristes; los Al-Haram, en pleno casco histórico; los Baños de Elvira o los del Palacio de Comares son algunas opciones para reservar con antelación, relajarte y hacer un viaje en el tiempo gracias a su exquisita decoración. 

banos-arabes.jpg_1911827709

Tarde-noche de flamenco en el Sacromonte

Después de los baños estarás en plena forma para dirigir tus pasos hacia el Sacromonte, otro de los barrios imprescindibles de Granada. Tienes la posibilidad de caminar unos 30 minutos o bien coger un autobús en la Plaza Nueva con destino a la Abadía del Sacromonte, un templo de finales del siglo XVI con una interesante exposición permanente que incluye un cuadro de Goya. La siguiente recomendación es visitar el Centro de Interpretación del Sacromonte, un museo etnográfico donde se recrean las condiciones de vida y los oficios tradicionales de sus habitantes. Para cerrar el círculo, no dudes en elegir alguna de las cuevas emblemáticas en las que disfrutar del ‘duende’ del flamenco en directo mientras cenas. Uno de los espectáculos más genuinos son las zambras, en las que se escenifica una boda gitana en círculo, manteniendo una cercanía con el espectador que emociona. Han sido solo 48 horas pero seguro que ya “guardas Granada en tu corazón”.

Consejos y recomendaciones

¿Tienes más tiempo?

Si tienes la oportunidad de alargar más tu estancia, no lo dudes. Granada tiene espacios culturales para visitar de forma pausada como el Museo de La Alhambra y el Museo de Bellas Artes, ambos ubicados en el Palacio de Carlos V. También, tienes la opción de adquirir la entrada de ‘Monumentos Andalusíes’, para visitar El Bañuelo, uno de los baños árabes más antiguos de España y mejor conservados; el Palacio de Har al Horra; el Corral del Carbón; el Maristán y la Casa Horno de Oro.Además, si quieres viajar en fechas concretas para vivir espectáculos únicos, toma nota. Entre junio y julio se celebra el Festival Internacional de Música y Danza de Granada y entre julio y agosto el Granada Guitar Festival. Las actuaciones discurren en emblemáticas localizaciones de la ciudad, desde pequeños cármenes -casas típicas granadinas- hasta grandes iconos como el Palacio de los Córdova o los jardines del Generalife.Encuentra más información sobre cómo llegar y moverte por la ciudad.